
LA HISTORIA DE LIFECLOCK
Como nace la idea
El 2017 ha sido un año especialmente duro para Corea del Sur si hablamos de catástrofes naturales. Dos terremotos de gran magnitud han sacudido el paÃs, provocando pérdidas materiales y numerosos heridos en una región que, pese a lo que pueda parecer por su proximidad con Japón, no está acostumbrada a este tipo de desastres. Esta aparición repentina de movimientos sÃsmicos ha provocado que el estudio de diseño establecido en Seúl SWNA haya desarrollado un dispositivo que incluye un kit de emergencia para sobrevivir a una situación extrema: Life Clock, el reloj salvavidas.
A partir de un encargo de la compañÃa coreana Gyeonggido, SWNA tenÃa la misión de diseñar un producto que incorporase los artÃculos básicos para sobrevivir a una situación extrema al mismo tiempo que no desentonara con el resto de mobiliario de una casa. La idea de colocarlos en el interior de un reloj surgió casi de casualidad. «Cuando tuve que cambiar las pilas de un reloj que tenÃa en casa, me di cuenta de que habÃa mucho espacio extra», explica Sukwoo Lee, el fundador del estudio, en declaraciones a Dezeen. «La idea de repente se me pasó por la cabeza mientras estaba trabajando en el proyecto, asà que la desarrollamos».
Life Clock, cuyo exterior tiene una estética minimalista y un tamaño ideal para ponerlo tanto en la pared como encima de alguna superficie, alberga en su interior los siguientes elementos: una linterna, un silbato, una manta térmica, vendas, una tarjeta para detallar los datos médicos y una guÃa completa con consejos para sobrevivir en una situación catastrófica. La elección no ha sido al azar, sino que SWNA ha contado con la ayuda de expertos como bomberos y médicos.
Este reloj salvavidas además de estar disponible en color rojo –bastante similar a un botiquÃn– también se encuentra en azul y gris, porque uno de los objetivos primordiales es que sea un elemento decorativo que den ganas de tener en casa y lo más a la vista posible para que sea fácil encontrarlo en caso de emergencia. Aunque lo ideal serÃa no tener que abrirlo nunca.
